Declaración de la directora general del MLKCH, la Dra. Elaine Batchlor
George Floyd fue asesinado mucho antes de que un oficial blanco le presionara el cuello con la rodilla. Su muerte empezó en el momento en que la mentalidad racista se instalara en la población y las políticas desde hace siglos, en el bajísimo presupuesto destinado a las escuelas, las viviendas que no satisfacen las necesidades básicas, la carencia crónica de atención médica (especialmente para los hombres negros), la brutalidad policial y las cárceles. Todo esto limita y define la experiencia de vida de los afroamericanos al día de hoy.
Las protestas y los disturbios de los últimos días son solo una muestra de indignación ante estas fallas reiteradas del sistema. Denuncian las deficiencias del pacto social entre los gobernantes y los ciudadanos. Es momento de romper este pacto y de empezar a redactar uno nuevo que sea más inclusivo y más justo.
Martin Luther King, Jr. Community Hospital en el sur de Los Ángeles fue concebido tras reconocer esas deficiencias. Nuestra misión es proporcionar atención médica de la más alta calidad a una de las comunidades más carentes del país. Estamos comprometidos a hacerle frente a las disparidades arraigadas en la salud, las cuales tienen su origen en generaciones de actitudes y políticas racistas que, incluso en la actualidad, influyen en la forma en que las personas de color viven, se relacionan, estudian y trabajan.
Debería haber muchos más hospitales como MLKCH, hospitales cuyo propósito no solo sea brindar atención médica, sino educación, oportunidades de empleo, vivienda y, sobre todo, mecanismos de justicia en los cuales nuestra sociedad pueda funcionar de manera segura.
Se necesita contar con más inversión en estas soluciones, algo que vaya más allá de palabras y gestos.
Lo que le hagamos a nuestro prójimo ahora y en el futuro puede ser un acto de justicia social. Podemos seguir posponiendo esta justicia o podemos aprovechar este momento, en que tantos entre nosotros, de distintas razas, religiones y orientaciones, estamos unidos por la indignación y el dolor, y podemos empezar a transformar nuestras ideas, nuestras comunidades y nuestro país.
Ahora es cuando comienza el verdadero proceso de sanación.