Construir una buena relación con la salud

Algunas historias de amor tratan del amor romántico. Esta se trata de un médico y de las cinco personas que se “enamoraron” de él.

Marta Cano, de 72 años, se despertó a mitad de la noche con falta de aire. Su presión arterial aumentaba. Se sentía muy mal. Su hermana menor, Rosario, no lo dudó.

“Tenemos que llevarte al hospital”, dijo mientras escuchaba a Marta quejarse. “No podemos arriesgarnos”.

El instinto de Rosario no se equivocó. Los médicos de Martin Luther King, Jr. Community Hospital (MLKCH) le informaron a Rosario que, gracias a su rápida respuesta, pudo salvar a su hermana de un ataque cardíaco.

Incluso con la atención de emergencia, Marta necesitará hacer seguimientos. Sus hermanas no estaban contentas con el médico de atención primaria, ya que a veces las hacía esperar demasiado para atenderlas en el horario acordado. Por lo tanto, probaron a un médico nuevo que conocieron cuando llevaron a Marta a la sala de emergencias: el Dr. Adan Romero.

Me atendieron tantos médicos diferentes. Nunca llegan a conocerte. Ni siquiera hablan contigo sobre tu día, nada. Pero el Dr. Romero sí lo hace. Realmente llega a conocerte. Todos en la clínica lo hacen. Te pregunta cómo están tus hijos, cómo está la familia.

Nadia
Paciente del Dr. Adan Romero

El Dr. Romero es un médico especialista en medicina familiar. Trabaja en MLK Community Medical Group, que se lanzó en 2016 y donde se ofrece atención de especialidades y primaria de alta calidad a los residentes del sur de LA.

En español, “Romero” puede referirse a la hierba, pero también puede significar peregrino: aquel que viaja en busca de una vida mejor. Y eso fue lo que hizo Marta, y finalmente cinco integrantes más de su familia: viajar hasta el Dr. Romero.

“La primera vez que fui a la clínica me enamoré de él”, dijo Rosario de 65 años. “Me gustaba la forma en que me hablaba, cómo me lo explicaba para que pudiera comprenderlo. Realmente se preocupa”.

Rosario se fue a casa y le contó a su hija de 29 años, Nadia, sobre el Dr. Romero. Nadia acababa de cumplir con los requisitos para recibir los servicios de Medi-Cal luego de haber estado sin atención primaria durante una década.

“Mi madre me lo dijo: es buenísimo. Así que llamé para que cambiaran mi atención con él. También me enamoré de él.”

Nadia llevó a sus dos hijos, Nathan (11) y Jacob (10), con ella a la clínica. Era la primera vez que los niños tenían un proveedor de atención primaria fijo.

A la semana siguiente, Maria, Rosario y la hermana de Marta de 77 años programaron una cita con él.

Una semana después, Rosario también fue.

“Me atendieron tantos médicos diferentes”, dijo Nadia. Contó que, antes de tener un seguro médico, buscaba atenderse en clínicas de bajo costo o con médicos en Tijuana. “Nunca llegan a conocerte. Ni siquiera hablan contigo sobre tu día, nada. Pero el Dr. Romero sí lo hace. Realmente llega a conocerte. Todos en la clínica lo hacen. Te pregunta cómo están tus hijos, cómo está la familia.

En dos meses, desde que casi le da un ataque cardíaco a Marta en noviembre de 2017 hasta principios de enero de 2018 cuando Rosario pidió el cambio, toda la familia encontró un hogar médico con el Dr. Romero.

La familia, cuyas raíces yacen en los paisajes azules y verdes de la península de Yucatán, Mexico, agradece profundamente la atención y el cuidado del Dr. Romero. Sus desafíos de salud son varios y muy comunes en las comunidades marginadas hace mucho tiempo del sur de LA.

Marta tiene una enfermedad coronaria y depresión. A Maria le diagnosticaron trastorno bipolar y esquizofrenia. Nadia tiene diabetes hereditaria y, hasta hace poco tiempo, tenía obesidad.

La falta de seguro médico hizo que tuviera que conducir 200 millas hasta Tijuana para recibir una cirugía de baipás gástrico. Estos procedimientos en ciudades fronterizas, a veces con proveedores de calidad cuestionable, son muy comunes.

Luego, dos semanas antes de Navidad, Nadia estaba internada en el Departamento de emergencias de MLKCH con dolor por cálculos renales. Unos días antes de la víspera de Año Nuevo, estaba de vuelta, esta vez con cálculos en la vesícula.

La enfermedad renal y otras afecciones crónicas afectan de manera desproporcionada a las comunidades de bajos ingresos, según informó el Dr. Romero.

“La falta de seguro médico hace que las personas descuiden la atención preventiva; es por esto que vemos a los pacientes con enfermedades completamente evitables en etapas avanzadas cuando se vuelven realmente serias”, expresó el Dr. Romero.

La familia es típica del sur de LA en otros aspectos. Viven en un dúplex pequeño pero acogedor en Watts, lleno de fotos familiares y obras artísticas de los niños. Tienen tres perros pequeños con collares con adornos y moños rojos: Chanel, Ivy y Jasmin.

Se aman. Nadia, la que cuida a todos, les dio a Maria y a Marta la habitación más grande, para que pudieran ubicar sus camas de hospital. Los niños están en otra habitación. Nadia duerme en una pequeña habitación contigua.

“Es una familia con problemas de salud, pero también con mucho amor”, expresó el Dr. Romero. “Es un placer trabajar con ellos”.

Nadia es una cuidadora de salud en el hogar y una asistente legal de medio tiempo cuando no está llevando a los niños a la escuela o cocinando enchiladas para su madre o sus tías. No se queja de nada.

Y ahora tiene ayuda de alta calidad y supervisión. Además del Dr. Romero, la clínica les brinda atención integral a ella y a su familia: neumólogos, expertos en atención de salud mental y reumatólogos.

“Estamos muy, muy contentos con la atención de la clínica”, contó Nadia. “En cuanto ingresamos, todos nos conocen. Realmente se siente como si tuviéramos otra familia”.

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