Ruben Aguayo, director de instalaciones y construcción, apoya al MLKCH porque conoce, por experiencia personal, la importancia fundamental de lo que hacemos.
De espaldas, colgado a 400 pies del suelo sobre una viga de construcción, no fue la primera vez que Ruben Aguayo se enfrentó a la muerte.
Creció en el este de Los Ángeles, y es uno de los cuatro hijos de un ama de llaves de hotel, por lo que los sonidos de los disparos le eran tan familiares como el dolor que le causaba el hambre.
En su adolescencia, se salvó por poco de ser tiroteado por los miembros de una banda que atacó a un grupo de niños en la calle. Como trabajador de la construcción que abandonó la escuela secundaria para mantener a su familia, estuvo a punto de morir en dos ocasiones.
Luego, gracias a un buen consejo, la fuerza y la determinación que surgieron de años de penurias lo impulsaron a alejarse del peligro y a emprender una exitosa carrera en el sector de la atención médica. Esa carrera lo llevó finalmente al Martin Luther King, Jr. Community Hospital (MLKCH) como director de instalaciones y construcción.
La forma en que encontró su camino hacia el MLKCH es exactamente la razón por la que hace una retribución.
Este año, Ruben es miembro del equipo de liderazgo de MLKCH Gives, una campaña anual de donaciones del personal que recaudó más de $110,000 en 2018 y tuvo una participación récord del personal. Ruben cree en la necesidad de apoyar al hospital por la gente a la que atiende; los que tienen menos recursos, los que tienen dificultades.
Él cree esto porque ha estado en ese lugar.